Las murallas medievales del castillo de Santa Bárbara se deshacen lentamente. Y en la ladera que baja hacia Santa Cruz, esta decadencia se hace visible con grietas abiertas, basura, maleza y caminos cerrados que ya no conducen ni a turistas ni a vecinos. Mientras el Ayuntamiento de Alicante acomete unas obras de emergencia en la ladera del monte Benacantil, ante un "peligro de desprendimiento", las viejas murallas permanecen fuera de cualquier proyecto de rehabilitación.

El contraste es evidente. Y no solo por la urgencia de las actuaciones. En la parte alta del Benacantil se invierte estos años en mejorar accesos y digitalizar espacios para el turismo, con más de cinco contratos diferentes solo en 2025, pero en la ladera que cae hacia Santa Cruz o la que lleva al R

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