En una de las calles principales del Gran Roque, a escasos metros del mar, se alza El Canto de la Ballena, una posada que no solo ofrece hospedaje, sino una experiencia marcada por la historia, la gastronomía y el carácter visionario de Nelly Camargo, su fundadora.
“Mi madre llegó a Los Roques hace más de cuarenta años, cuando Aerotuy era la única empresa que hacía turismo de aventura. Ella se encargaba de la logística de alimentación de tres catamaranes que recorrían los cayos”, recuerda Arjuna Maciel, actual propietario de la posada.
Oriunda del estado Táchira, Nelly comenzó alquilando casas de los roqueños para recibir a turistas europeos, fascinados por las aguas turquesa del archipiélago.
“Durante años administró posadas emblemáticas como Malibu y Madrugada. En esa época, el 90 % d