Los salarios apretados impactan en el poder de compra para productos de primera necesidad. Las ventas en supermercados se derrumbaron 5,9% respecto al mes anterior.
Una semana antes de los comicios legislativos, se conoció un dato clave para el termómetro electoral: en septiembre, el consumo masivo se desplomó 4,4 por ciento en relación a 2024. Como consecuencia de la pérdida del poder adquisitivo, las familias se vieron obligadas incluso a recortar en compras de alimentos y medicamentos. La cifra es de alarma porque la comparación resulta contra un año donde la base estaba muy retraída y, además, no abarca el impacto de los últimos movimientos de precios por el salto del tipo de cambio. El indicador hace match con otro “fenómeno barrial” provocado por la política económica del Ejecutivo