En los últimos tiempos, Europa está siendo objeto de humillaciones diversas, especialmente por parte de su socio americano. Sin ánimo de exhaustividad podría citarse: la intervención del vicepresidente estadounidense, en Munich, instándonos a “respetar la libertad de expresión” y posicionándose en favor de la extrema derecha; la increíblemente vergonzosa actuación del secretario general de la OTAN con el presidente Trump; la sumisión aparente de Von der Leyen y de Keir Starmer para reunirse con Trump en su campo de golf de Escocia; la ausencia de Europa en las conversaciones entre Trump y Putin sobre Ucrania; la penosa escena de seis “importantes” representantes europeos disciplinadamente alineados para escuchar a Trump en el despacho oval; la reiterada afirmación de que “Europa nos rob
En busca de la dignidad perdida, por Treva i Pau

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