Durante la última semana, el mercado volvió a imponer su lógica. Ni la intervención directa del Tesoro de Estados Unidos ni el respaldo político de Washington lograron frenar la demanda de dólares. Pese a los esfuerzos de Scott Bessent por moderar las expectativas mediante mensajes en redes sociales, los inversores siguieron dolarizando carteras. El tipo de cambio alcanzó los $1.450 y los financieros superaron los $1.550, lo que obligó al Tesoro a intervenir sobre el cierre de las ruedas. Ningún gesto alcanzó para calmar el apetito por cobertura, y la expectativa en la city es que esta tendencia se mantenga esta última semana.
Aunque era previsible que, en la antesala electoral, los portfolios se orientaran hacia posiciones en divisas , el mal resultado en la Provincia de Buenos