Llevar un perro como equipaje en la vida es una de las cosas más hermosas que te pueden ocurrir. Tu equipaje es un compañero, una tripulación, una marinería, el más tierno bagaje de tu historia presente. Que te lo pierdan en un viaje en avión porque pesa más de la cuenta y tienen que meterlo en bodega como una maleta más ha de ser una de las cosas más dolorosas que puedes vivir. Así les ocurrió a una madre y a una hija en un vuelo con Iberia de Buenos Aires a Barcelona.

El can no apareció y adiós al compañero. Las mujeres lo denunciaron y por fin ha salido la sentencia: los animales de compañía transportados en vuelos internacionales se consideran jurídicamente equipaje facturado a efectos de responsabilidad. Esto implica que, en caso de pérdida o muerte durante el vuelo, la compensación

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