Por: Gerardo Aldana García

El tiempo, a veces puede ser más lento que los magistrados, pero más certero en su veredicto. El campanario de esta semana no suena a misa de domingo, sino a un hito judicial que se desdobla, como un pergamino antiguo, sobre el tapete de la nación. La decisión de segunda instancia sobre el proceso del expresidente Álvaro Uribe, aunque dictada un día después de esta columna, ya arroja su sombra larga sobre el presente y modela el futuro: la fragmentación de nuestra Colombia en la ruta hacia el 2026. El color de las voces políticas de los dos hombres más contradictorios y conflictivos de los últimos años en Colombia, son tesituras que, ni ellos ni el mejor entrenador vocal, podrían modificar en su escala, aunque su auditorio, el país, sufra la cacofonía de sus ton

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