Shohei Ohtani y una paz duradera
Cecilia Soto
Esta humilde que aplasta teclas ya iba al beisbol antes de nacer. En el cómodo transporte provisto por mi madre, asistíamos juntas al estadio Fernando M. Ortiz, en Hermosillo, Sonora, y ya afuera de su bendito refugio seguí asistiendo a muchos estadios. Mi matrimonio ha durado más de cinco décadas porque a los dos se nos ha metido desde jóvenes la idea de “cambiar el mundo” a través de la política, disfrutamos mucho la música, especialmente la clásica, y adoramos el beisbol. Y quizá por mi gusto por el beis no termino de entender el futbol. Aclaro: no soy una enciclopedia de nombres de jugadores, de partidos memorables ni de estadísticas. Yo simplemente lo disfruto, aunque pierda mi equipo favorito: Naranjeros, de Hermosillo; Yankees, Dodgers