Bolivia, con la victoria de Rodrigo Paz, pasa página de dos décadas de la vía socialista que lideró Evo Morales y cerró Luis Arce en medio de un crisis económica y de inflación galopante. Pero más que romper con el pasado, la victoria inesperada del hijo del expresidente Jaime Paz Zamora vuelve a recordar el peso del populismo y, también, del voto indígena, en un país donde todavía hay mucha desigualdad y un racismo muy arraigado.
Las encuestas volvieron a equivocarse, como ocurrió en la primera vuelta electoral. Tuto Quiroga lideraba los sondeos, pero Rodrigo Paz, nacido en Santiago de Compostela por el exilio de su padre, cimentó su triunfo en las provincias de occidente, las regiones andinas, donde Evo Morales tenía su vivero de votos años atrás.
Paz se ha movido con ambigüedad calc