Ser joven en España hoy implica enfrentar un acceso a la vivienda cada vez más complicado. A pesar de los esfuerzos del Gobierno de Pedro Sánchez durante los últimos siete años, la situación sigue siendo crítica. Los salarios han aumentado, pero no lo suficiente. Entre 2015 y 2022, el incremento salarial fue del 25%, mientras que los precios de la vivienda y el alquiler subieron un 42% más. Esto se detalla en el libro "Economía de la vivienda (2025)", coordinado por José García Montalvo y Josep María Raya Vílchez.

El informe revela que el precio medio del alquiler por metro cuadrado aumentó un 28,5% en el mismo periodo, lo que ha llevado a los jóvenes a un deterioro en sus condiciones de acceso a la vivienda. “Los colectivos jóvenes, con unos menores ingresos y una mayor incertidumbre laboral, habrían experimentado un deterioro en las condiciones de acceso a la vivienda”, señala el documento.

La precariedad laboral y la insuficiencia de ingresos son factores que agravan esta situación. El alquiler se ha convertido en la única opción viable para muchos, a pesar de que es un 83% más caro que pagar una hipoteca, según un estudio de Idealista. En 2022, el esfuerzo medio para los hogares arrendatarios en el primer quintil de la distribución de la renta bruta alcanzó el 43,1%, superando el 31,9% de la media de la Unión Europea.

Además, España se destaca por tener una alta proporción de población en alquiler en riesgo de pobreza o exclusión social, alcanzando un 45% entre 2015 y 2022. Esta situación ha llevado a un retraso en la emancipación de los jóvenes, que ahora se van de casa a una edad media de 29,4 años, una de las más altas de Europa.

La dificultad para ahorrar para la entrada de una vivienda, junto con los estándares crediticios más estrictos de los bancos desde la crisis de 2008, ha hecho que muchos jóvenes se vean obligados a alquilar. Desde 2014, la ratio promedio entre el importe del préstamo hipotecario y el precio de compra de la vivienda se ha mantenido en torno al 80%, cayendo al 75% en 2023. Esta realidad refleja un panorama económico desfavorable que afecta a la juventud española en su búsqueda de un hogar.