Cuando las bombas dejan de caer, el mundo da por terminada la guerra y la llama paz…

Pero en Gaza, el silencio que sigue al bombardeo no es paz; es el comienzo de un enfrentamiento con el verdadero dolor…

Un alto el fuego no significa el final, simplemente significa que el ruido ha cesado, permitiendo que se escuche la voz del dolor…

En el momento en que se declara el alto el fuego, la memoria comienza a hablar. El padre que ha perdido a su hijo se despierta cada mañana con su imagen. La mujer que ha dicho adiós a su marido aprende a hablar a la ausencia misma. El niño superviviente lleva en sus ojos el recuerdo de una casa reducida a cenizas.

El alto el fuego en Gaza no es una victoria contra la guerra sino un despertar doloroso a la realidad de la muerte. Abrimos los ojos al alcance

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