Siete minutos, un montacargas, encapuchados con motosierras y una huida en moto. El increíble asalto al Museo de Louvre ha conmocionado a todo el mundo del arte y la cultura, pero hace 50 años y a 2.500 kilómetros de París, Gran Canaria también vivió su propio robo de película.

El 17 de enero de 1975, la Virgen del Pino amaneció en la Basílica de Teror despojada de parte de sus joyas salvo por una medalla que quedó en el manto de la patrona. Quién o quiénes fueron los perpetradores continúa siendo un misterio.

Los inspectores de la Brigada de Investigación Criminal del Cuerpo General de Policía y los efectivos de la Guardia Civil determinaron que los ladrones accedieron a la cubierta del templo por la torre amarilla, donde está el campanario.

Entonces se barajó la posibilidad de que

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