Las joyas robadas en el Museo del Louvre de París han sido tasadas en 88 millones de euros, según la fiscal parisina Laure Beccuau. Este robo, ocurrido el pasado domingo, ha dejado a Francia en estado de shock. Beccuau ha indicado que esta cifra solo refleja el valor económico de las piezas, sin considerar su importancia histórica. "Los daños fueron estimados por el conservador del Louvre en 88 millones de euros", afirmó Beccuau, quien también advirtió que los ladrones "no ganarán esa suma si tuvieron la pésima idea de fundir estas joyas".
La ministra de Cultura, Rachida Dati, defendió la seguridad del museo, afirmando que "los dispositivos de seguridad del museo no fallaron". Dati sugirió que la investigación debería centrarse en la seguridad en la vía pública, ya que el robo se produjo en la calle que separa el museo del río Sena.
El robo ha suscitado un intenso debate sobre la seguridad en el Louvre. Los visitantes no pudieron acceder al museo por segundo día consecutivo, lo que generó descontento entre los turistas. Michel Sánchez, un visitante chileno, expresó su decepción: "Es una decepción tremenda".
Los ministros del Interior y de Cultura se reunieron para discutir la seguridad del Louvre. Dati señaló que la responsabilidad de la situación actual se debe a "los cuarenta años de abandono sobre la cuestión de la seguridad". Un informe del Tribunal de Cuentas, que se filtró tras el robo, criticó la falta de inversión en seguridad, a pesar de que el presupuesto del museo es de 323 millones de euros. Solo un 34% de las salas del Louvre están equipadas con cámaras de vigilancia.
El comando de cuatro ladrones logró llevarse ocho joyas de la corona francesa en un atraco que duró solo siete minutos. Utilizaron un montacargas para acceder a un balcón y rompieron las vitrinas que protegían las joyas. El ministro de Justicia, Gérald Darmanin, reconoció que "hemos fallado" en la seguridad del museo.
Mientras tanto, un equipo de 60 investigadores trabaja en el Louvre para encontrar pistas que lleven a los ladrones. Se están revisando las imágenes de las cámaras de seguridad y se están analizando posibles huellas. A pesar de la magnitud del robo, no se han realizado detenciones hasta el momento.
Las joyas robadas, que incluyen la diadema de María Amelia y el collar de la emperatriz María Luisa, tienen un valor económico significativo, pero su valor histórico es incalculable. El presidente Macron ha prometido la restitución de las piezas y la justicia para los responsables del robo. La oposición ha calificado el incidente como "una vergüenza nacional", lo que ha intensificado el debate sobre la seguridad en los museos franceses.