No es fácil escribir sobre alguien que, dos siglos después de su nacimiento (25 de octubre de 1825), sigue haciendo bailar al mundo. Johann Strauss hijo no sólo compuso música: creó un modo de vivirla, de entender la alegría como arte. Hablar de Strauss hijo es hablar de una dinastía, pero también de una rebelión. Su padre, del mismo nombre, era ya un músico reputado, autor de marchas y polcas veneradas en los salones imperiales. Al joven Johann, su progenitor le prohibió seguir la senda musical: quería para él una profesión “respetable”. Pero el hijo, obstinado, aprendió violín y composición a escondidas. La música pudo más que la autoridad paterna. Con apenas diecinueve años, en 1844, formó su propia orquesta y debutó en el Casino Dommayer, entusiasmando al público de los salones viene
Johann Strauss hijo: el hombre que hiso bailar al mundo

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