Por lo que se puede ver, los actuales gobernantes del departamento no llegaron para resolver los problemas de la gente, sino a hacer negocios personales. Desde que se posesionaron, cada decisión que han tomado parece tener un solo propósito: asegurar su bienestar económico, no el de las comunidades. Mientras tanto, la gente sigue sin agua, sin comida, sin salud, sin escuelas dignas. Y lo que es peor: sin justicia.

Es una vergüenza. Con toda la plata que ha transferido el Gobierno en los últimos diez años, la mitad de la población guajira sigue sin acceso adecuado a agua potable, dependiendo del agua de lluvia o de lo que traen los carrotanques cuando llegan. Los niños siguen muriendo por desnutrición, en su mayoría de comunidades wayúu. La educación estancada, muchos hogares sobreviven de

See Full Page