Toyota ha estado prácticamente ausente del coche eléctrico. Lo ha estado por decisión propia, asegurando que su pelea estaba en el híbrido y en una estrategia que decía basarse en darle a cada mercado lo que se esperaba de él .
Pero también porque el Toyota bZ4X ha tenido una acogida casi testimonial. Su producción ha sido un dolor de cabeza, llegó con importantes problemas de construcción que derivaron en llamadas a revisión por problemas en sus ruedas . Y el coche era caro para su autonomía, derivada de un consumo muy alto.
Ahora, Toyota quiere rehacerse y tomar posiciones. Con un coche eléctrico que sigue creciendo en Europa y animada por la reciente actualización de su primer eléctrico que le ha dado una marcha más en ventas, llega con un eléctrico de los que el cliente parece