Dominga jamás pensó que recibir una herencia inesperada se convertiría en su peor pesadilla. Tras fallecer un sobrino al que apenas conocía, pasó a ser su única heredera de un legado de 200.000 euros.

Lo primero que tuvo que hacer fue pagar 60.000 euros por el impuesto de sucesiones . Sin embargo, Hacienda quería más y le pedía justificar unas retiradas de la cuenta de su sobrino que realizó en efectivo de 108.000 euros .

Al no conocer el destino de ese dinero, los herederos deben pagar la parte proporcional a Hacienda como si formara parte de la herencia que ha llegado a sus manos. Por tanto, Hacienda considera que Dominga no ha recibido 200.000 euros, sino 308.000 euros , teniendo que pagar 45.000 euros al Estado.

" Yo no sé qué hizo con ello" , asegura Dominga. Para su fa

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