Desde que hace casi dos semanas Sam Altman hiciera su anuncio prometiendo una revolución tecnológica que pondrá a Argentina en el mapa mundial del desarrollo tecnológico y la inteligencia artificial, no han parado de sucederse las especulaciones.

Altman es uno de los creadores de ChatGPT , que hace ya casi dos años que revolucionó el mundo de la inteligencia artificial haciéndola asequible al común de los mortales. Con apenas 40 años, es uno de los empresarios e inversores del mundo tecnológico más importantes de las últimas dos décadas, CEO de la archifamosa Open AI .

A través de un video de apenas dos minutos, Altman prometió convertir al país sudamericano en " un centro de IA para toda América Latina ", en el marco de su proyecto Stargate, instalando un megacentro de datos en la Patagonia argentina, de la mano de un socio local, Sur Energy, el primero que implementarán en toda Latinoamérica.

El emprendedor elogió al presidente argentino, Javier Milei, y a su visión sobre el desarrollo de la IA como impulsora del crecimiento: "Stargate Argentina ayudará a hacer realidad esa visión", dijo.

Las cifras que se manejan son realmente enormes. La instalación podría usar hasta 500 megavatios de electricidad y contará con una inversión de hasta 25.000 millones de dólares .

El anuncio fue recibido con regocijo en el Gobierno que dirige el presidente Javier Milei. La reacción de Demian Reidel, presidente de Nucleoeléctrica Argentina, la compañía estatal generadora de energía eléctrica argentina que opera las centrales nucleares de Embalse y Atucha I y II, fue más que explícita.

"Cada vez que veo el video (y ya son varias) me largo a llorar", decía en X. Reidel fue asesor de Milei durante casi año y medio, hasta el pasado mes de julio, y durante este tiempo impulsó la política de intentar convertir la Patagonia en un hub regional de datacenters , por lo que ahora consiguió una gran victoria.

De hecho, se trata del primer proyecto tangible del Gobierno de Milei en el sector después de un sinnúmero de contactos con la élite de Silicon Valley.

Ingentes cantidades de energía y agua

Este sector tiene unas particularidades determinadas: precisa de una gran cantidad de territorio y de recursos naturales, específicamente energía y agua. Mientras que a cambio no ofrece una gran creación de empleo , salvo durante su construcción, pues su automatización hace que puedan funcionar con un número bastante reducido de trabajadores.

Bajo la dirección de Altman, OpenAI se ha convertido en muy poco tiempo en uno de los gigantes tecnológicos a nivel global. Su proyecto Stargate, lanzado a principios de año, pretende acometer un despliegue a nivel global de datacenters para aumentar exponencialmente se capacidad de procesamiento de datos al albur de la demanda masiva de utilización de IA.

Esa infraestructura digital necesita una ingente cantidad de recursos energéticos e hídricos. La Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés) cifra el consumo de estos centros en el 1,5 % de la electricidad mundial en 2024 y se espera que ese porcentaje aumente considerablemente en los próximos años.

El otro recurso en liza es el agua, que estas instalaciones necesitan en ingentes cantidades para refrigerar sus servidores, lo que hace saltar las alarmas sobre si en una zona de estrés hídrico la disponibilidad de ese recurso irá en detrimento de la población local y de actividades como la agricultura.

Según diversas estimaciones , un centro de datos puede consumir aproximadamente   25 millones de litros de agua al año, comparable al consumo de agua de una ciudad de 30.000 a 50.000 habitantes. Instalaciones mayores tienen consumos mayores. Eso pasó en Chile, donde hace alrededor un año la justicia paró la construcción de un centro de datos de Google, que iba a necesitar  7,6 millones de litros de agua potable al día .

El anuncio del nuevo Stargate Argentina no aclara cifras de agua o energía, ni de donde provendrán, ni cuál será su ubicación exacta.

Demanda de recursos en momento de desregulación

Además, se da la circunstancia de que el anuncio de una inversión que acaparará y consumirá enormes cantidades de recursos naturales llega en un momento en que el actual Gobierno argentino ha puesto su máximo empeño en desregular al máximo sobre concesiones, privatizaciones y otras cuestiones de importancia medioambiental.

En los últimos meses se ha atacado la Ley de Glaciares, se ha aplicado la motosierra al Instituto Nacional del Agua, al Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento, al Organismo Regulador de Seguridad de Presas, y se ha dejado clara la intención de privatizar AySA (proveedora de agua a la ciudad de Buenos Aires), entre otras medidas que dejan ver que la protección del recurso hídrico no va a ser una prioridad del Gobierno.  

Además, Altman mencionaba en su video a "una de las principales empresas energéticas del país, Sur Energy" como socio local, fundada por Emiliano Kargieman y el recientemente fallecido Matías Travizano, a quien el CEO de OpenAI nombra en la grabación.

En realidad se trata de una compañía fundada hace poco más de un año, según cuenta La Nación , y este será el primer proyecto a gran escala que ejecuten, según reveló Kargieman, que contó que se espera obtener los 25.000 millones de dólares de fondos de inversión, gracias al compromiso de OpenAI de adquirir una determinada capacidad de cómputo durante 15 o 20 años.

La envergadura del proyecto, que necesita miles de millones de dólares, con un partner local que no tiene experiencia en proyectos energéticos o informáticos de esta magnitud y la experiencia de promesas análogas que no llegaron a materializarse, hacen dudar de que este proyecto finalmente vea la luz, si bien mientras tanto dará un empujón tanto a las acciones de OpenAI como la popularidad del Gobierno de Milei .

Si finalmente se materializa aparecen los miedos sobre la gestión del emprendimientos en términos de su consumo hídrico y el coste que tendrá para la población local.