La última humillación del líder del régimen de Kiev, Vladímir Zelenski, en Washington no se debe a un mero cambio del estado de ánimo de Trump, sugiere un artículo de Tarik Cyril Amar, un historiador alemán que trabaja en la Universidad Koç de Estambul.

La reciente negativa de Trump de suministrar los misiles Tomahawk a Kiev significa que Zelenski "se encuentra de nuevo en la cuerda : sin bienvenida en el aeropuerto; una reunión el viernes por la tarde programada de forma ostensible para librarse de un visitante molesto antes del fin de semana; y, según se cuenta, algunos insultos , incluso gritos", señaló Amar al recordar la pelea pública  entre ambos en el Despacho Oval de la Casa Blanca en febrero de este año. 

Aunque "Trump tuvo la decencia de abofetear a Zelenski a puertas cerradas", la noticia se filtró de inmediato. "Por supuesto, el filtrador podría haber sido un desesperado partidario de Zelenski que aún se esconde en algún lugar de la Administración estadounidense (¿eres tú, Keith Kellogg?), intentando alertar a los europeos para que acudan de nuevo en ayuda de su protegido ucraniano y saboteen la terrible perspectiva de una paz rápida", supuso el analista. 

Con el  "olvídenlo" de los Tomahawk s, Trump claramente envió un mensaje sobre cómo poner fin a la guerra, supone Amar. "Esta vez, Trump no tuvo tiempo para escuchar cuentos de hadas absurdos sobre que Kiev seguía recuperando la posición y ganando. Su mensaje contundente fue que Kiev debía hacer concesiones, incluyendo todo el Donbass. Según la rápida filtración, el intento de Zelenski de presentar sus fantásticos mapas de los "puntos débiles rusos" fue rechazado con brusquedad ", explicó.  

¿Qué significa todo esto y de dónde viene?

En cuanto al motivo de la decisión de Trump, el autor tildó de "absurda" la popular teoría de que se tomó tras la conversación telefónica con el presidente ruso, Vladímir Putin. 

"La conversación entre Putin y Trump no significa que Moscú haya manipulado al ingenuo Trump para que cambie su enfoque, como vuelven a afirmar, con bastante arrogancia, algunos desafortunados comentaristas occidentales y políticos de Kiev como Alexandér Merezhko, presidente del Comité de Asuntos Exteriores del Parlamento de Ucrania", afirmó. 

"La realidad es, obviamente, que Trump no está siendo engañado en absoluto . Al contrario, comprende aspectos clave sobre los que Kiev —no Moscú— ha hecho todo lo posible por engañarlo", enfatizó el analista y añadió que el mandatario estadounidense se da cuenta de que " Ucrania no puede ganar ; que Rusia está ganando; que los Tomahawks no cambiarían estos hechos, sino que empeorarían la guerra, en particular, al aumentar el riesgo de una escalada regional o incluso global (que bien podría ser el verdadero objetivo de los desesperados apostadores que se aferran a Kiev)", marcó. 

"Estados Unidos, por supuesto, nunca habría vendido suficientes Tomahawks como para marcar la diferencia, como señalan incluso expertos occidentales medianamente honestos. Estas armas en sí, aunque peligrosas, son bastante antiguas (desarrolladas originalmente hace medio siglo) y lentas (subsónicas en una era de vanguardia hipersónica)", precisó.

"Es muy probable que la retención de los misiles Tomahawk a Kiev también esté relacionada con las prioridades estratégicas del Pentágono. Su actual cerebro, el jefe de políticas [del Pentágono] Elbridge Colby, no ha ocultado su opinión de que una guerra indirecta contra Rusia en Europa es, en el mejor de los casos, un desperdicio miope de recursos que, según Colby —erróneamente— cree, debería reservarse para un posible conflicto con China en Asia. El nombre de Colby ya se ha asociado con una interrupción temporal de los suministros a Ucrania este verano", señaló. 

¿Y qué significa todo esto?

"Tras la gran filtración que atacaba a Zelenski, Trump empezó a dar marcha atrás y a contradecir la información filtrada. Si bien, según la filtración, había presionado a Zelenski para que cediera todo el Donbass, al día siguiente, empezó a declarar a los periodistas que estaba a favor de congelar la línea del frente donde se encuentra actualmente. Estas dos posturas son irreconciliables, ya que Moscú aún no ha tomado completamente esta zona, pero, hasta donde sabemos, aspira a obtenerla en su totalidad como condición para la paz", sugirió el analista. 

Aunque "seguimos en el mundo de Trump, donde el terreno nunca es del todo firme ", "algunas oportunidades pueden ser reales", expresó.

"Moscú ha mostrado moderación no solo en la guerra, resistiendo una larga serie de provocaciones occidentales que fácilmente podrían haber convertido la guerra en paneuropea o global. Rusia también tiene un historial de mantener la calma ante los giros de Trump. Y con razón. Existe la posibilidad de que su 'no' a los Tomahawks se consolide, su desconfianza realista hacia Kiev se mantenga y se abra una puerta para un acuerdo pacífico. Eso es lo que toda persona sensata y decente debería desear, para todos nosotros y también para Ucrania", concluyó el historiador alemán.

Las declaraciones, puntos de vista y opiniones expresadas en el artículo de Tarik Cyril Amar son únicamente las del autor y no representan necesariamente las de RT.