Algunas personas naturalizan llegar tarde a todos lados . Sin embargo, la impuntualidad no se trata solo de un descuido: además de provocar frustración en quienes esperan, también influye en la manera en que los demás nos perciben.
Más allá de factores externos como el tránsito o imprevistos cotidianos que pueden retrasar incluso a quienes planifican bien sus actividades, las causas de llegar siempre tarde son variadas: subestimar el tiempo necesario para realizar tareas, exceso de optimismo, distracciones o sobrecarga de compromisos.
El impacto de ser impuntual se refleja tanto en la vida laboral como personal . Puede generar conflictos en equipos, afectar la productividad, debilitar la confianza de familiares y amigos e incrementar el estrés.
Por eso, llegar siempre tarde no es so

Clarín

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