La ciencia lleva décadas estudiando cómo ciertos alimentos pueden influir directamente en la salud cardiovascular, y entre ellos la manzana ocupa un lugar destacado. Su composición -rica en fibra, antioxidantes y compuestos vegetales- la convierte en una aliada natural para mantener la presión arterial en niveles adecuados.

Investigadores de reconocidos centros de nutrición y cardiología de los Estados Unidos han señalado que consumir frutas frescas de manera habitual puede reducir el riesgo de hipertensión. En este contexto, la manzana se destaca por su equilibrio entre dulzura, aporte de agua y nutrientes esenciales , que favorecen el buen funcionamiento del corazón y los vasos sanguíneos.

Más allá de su valor nutricional, este fruto es especialmente relevante por su contenido en

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