Por mucho que el presidente del Gobierno haya afirmado sentirse «muy a gusto» con los Presupuestos Generales del Estado (PGE) vigentes, que «si no hubiera nuevos [en 2026] no pasaría nada», la realidad es que la ausencia de actualizados desde 2023 está impidiendo que el Sistema Nacional de Salud cuente con los recursos requeridos para cubrir las necesidades existentes y prosperar correctamente.

La incorporación de innovaciones terapéuticas y tecnológicas a la cartera pública de prestaciones, la mejora de las condiciones laborales y las retribuciones de los profesionales sanitarios o la financiación de la Ley ELA son ejemplos de avances ineludibles que se están viendo entorpecidos por la incapacidad del Ejecutivo para aprobar nuevos PGE. Por si fuera poco, que no lo es al tratarse del incu

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