Originaria de la selva amazónica, la uña de gato (Uncaria tomentosa) es una planta trepadora conocida por sus espinas curvas que se asemejan a las garras de un felino, de ahí su nombre. Estas espinas no solo le dan un aspecto único y llamativo, sino que también le permiten aferrarse a los árboles mientras crece, alcanzando varios metros de altura en su hábitat natural.
Pero más allá de su apariencia, la uña de gato ha sido valorada durante siglos por las comunidades indígenas de América del Sur por sus propiedades medicinales. Tradicionalmente, se utiliza para fortalecer el sistema inmunológico, reducir la inflamación y proteger el organismo frente a diferentes enfermedades. Investigaciones modernas también han estudiado sus posibles efectos antioxidantes y su potencial para apoyar

MINUTO NEUQUÉN

Infobae
Diario La Prensa