En el mundo hay cien sitios a los que se quisiera volver y mil a los que poder ir. Hay que liberarse de la rutina, soltar el freno y hacer cada poco por visitar un lugar distinto, proponerse nuevas amistades y, sobre todo, ser uno mismo aceptándose como es. Nada de ser rigurosos con lo que pensamos y como actuamos. El mejor regalo que podemos hacernos es ser indulgentes con nosotros mismos.

Decir bien de sí mismo anima a mirar el lado bueno de las cosas, confiar en que se puede alcanzar lo que se proponga y lanzarse a ello sin complejos. Lo primero para tener éxito es creer que podemos conseguirlo. No vale dudar de sí mismo, ni malgastarse queriendo ser diferente a como se es. Todos y todas, poniéndonos a ello, somos capaces de afrontar cualquier reto y superarlo. Mejor tener sueños que d

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