Hablar de pioneros aquí es referirse a gente joven, quienes llegaron hace poco más de 25 años para apostarlo todo: vendieron sus casas, renunciaron a sus empleos y, una vez instalados, procuraron consolidar una identidad que el propio lugar les fue brindando. Hoy vuelven a celebrarla, aunque de un modo distinto: esta vez, con la intención de proyectarse al mundo.

Mar de las Pampas -el bosque junto al mar que desde su origen respetó las virtudes que la naturaleza le concedió- celebra su lema, "Vivir sin prisa" , y apunta ahora a un reconocimiento de la ONU Turismo para lo que sus habitantes describen como "un producto único, difícil de encontrar".

La aldea de mar, como les gusta decir a los locales, aspira a ganarse un lugar en la lista de los mejores pueblos turísticos del mundo

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