Por Santiago Iñiguez de Onzoño *
Durante mucho tiempo, la idea de que las máquinas pudieran convertirse en amigos, confidentes o, incluso, terapeutas fue un tópico de la ciencia ficción. Hoy, sin embargo, esa ficción especulativa se ha filtrado en la realidad: son muchas las personas que conversan con chatbots en busca de consejo, distracción, compañía o incluso apoyo emocional .
Este nuevo territorio social nos obliga a preguntarnos: ¿Puede la inteligencia artificial enriquecer de verdad nuestra vida emocional o estamos compartiendo nuestras vulnerabilidades más profundas con un código?
LO BUENO Y LO MALO
Las visiones del futuro de la IA suelen oscilar entre la utopía y la distopía. Los escenarios utópicos imaginan máquinas que amplían el potencial humano, mejoran el bienestar y lle

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