Entre los escombros y la indignación que conmemoran el lugar donde alguna vez estuvo el Ala Este de la Casa Blanca, el presidente Donald Trump y su equipo intentan salir adelante. La indignación pública ha ido en aumento por la demolición repentina para dar paso al extenso y dorado salón de baile que Trump ha deseado durante mucho tiempo. Trump afirma que la nueva construcción será un monumento a la grandeza del país, incluso cuando su equipo insiste en que no hay nada inusual en la forma en que lo está haciendo.

“Casi todos los presidentes que han vivido en esta hermosa Casa Blanca… han hecho sus propias modernizaciones y renovaciones”, insiste la secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt.

La autora Kate Andersen Brower, quien ha escrito extensamente sobre la Casa del Pue

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