A Osasuna se le rompió ante el Celta de Vigo el alambre por el que viene caminando esta temporada y que estaba sujetado por las victorias en El Sadar , en no ceder los puntos en casa. La práctica arriesgada de los rojillos, riesgo que llegaba de regresar siempre sin premio de los partidos fuera, acabó por mostrarse en toda su expresión en la primera derrota como local de la temporada. Una dura derrota que castiga en exceso los méritos de los rojillos y que pasa factura por determinadas circunstancias del juego, los errores fatales en defensa y en ataque.
A Budimir le había ido correspondiendo el papel de salvador de su equipo gracias a dos goles en la primera mitad que dieron la vuelta a un marcador pesado, injusto y contrario. El delantero croata también tuvo en sus botas la posi

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