Yno fue un milagro puntual: fue una máquina de precisión, con 12 acarreos por 153 yardas, y una recepción que sumó otro punto al marcador. Su nombre ya no solo aparece en las estadísticas: lo repiten los comentaristas, los fanáticos y hasta los rivales, entre dientes.
Detrás de él, Daniel Jones manejó el juego como un maestro de ajedrez: 21 de 29 pases completos, 272 yardas, sin intercepciones. Aunque fue derribado tres veces —la mayor cantidad en temporada—, su calma bajo presión fue tan decisiva como sus lanzamientos. Uno de ellos, una espiral perfecta hacia Michael Pittman Jr . , quien atrapó ocho pases por 95 yardas y un touchdown, selló el ritmo de un ataque que ya va por su cuarta victoria seguida con 31 puntos o más.
Los Titans , en cambio, parecían perdidos en su propia c

El Diario de Sonora

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