Es significativo que el líder de Vox, Santiago Abascal , interprete el preanuncio de ruptura entre Junts y el PSOE , que los de Carles Puigdemont sustanciarán este lunes en Perpinyà si nada cambia, como un movimiento forzado por la presión de otras fuerzas catalanas que rechazan "la inmigración masiva" y que amenazan las bases electorales de los posconvergentes. Y lo es porque desde los entornos de Aliança Catalana (AC) , la formación a la que se refería el líder de la derecha neofranquista española, —uso la etiqueta que con acierto le ha adjudicado Francesc-Marc Álvaro en el muy recomendable El franquismo en temps de Trump (Pòrtic) —, se hacía y se hará exactamente el mismo análisis. A veces da la impresión de que Vox y Aliança se han repartido el electorado que flirtea con el

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