Francia y España han solicitado a Bruselas mantener el calendario europeo que prevé el fin de la venta de coches con motor de combustión en 2035 enfrentándose a las últimas peticiones de Alemania , pidiendo una prórroga, para salvar al sector de la automoción. Una propuesta que ha caído como un jarro de agua fría a los fabricantes automovilísticos, ya que el Gobierno de Pedro Sánchez se ha olvidado de acompañar la petición con medidas de apoyo a la industria que invierta y fabrique en la Unión Europea (UE).

Así lo ha señalado la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), que ha destacado que «las normas que afectan al sector de automoción son críticas para nuestro futuro, industria y empleo». «Es por lo que consideramos que, ante estos debates europeos en marcha, la cooperación y la comunicación con el sector son la vía más útil para defender la posición de España y su industria en la Unión Europea», han añadido.

«Desde la asociación venimos defendiendo la necesidad de trabajar de modo conjunto como país para garantizar que la descarbonización se consiga. Entre otros aspectos, a esa colaboración y consenso responde la elaboración del Plan España Auto 2030-2035, que confiamos que se presente en breve. Es por lo que solicitamos que, en futuras ocasiones, podamos tener la ocasión de aportar nuestra posición como sector antes de que se presente formalmente a las instituciones europeas», han advertido desde la asociación.

¿Fin del motor de combustión?

Con una cuota de mercado actual de vehículos BEV inferior al 16% en la UE para turismos ( 8,4% en España ) y menos del 9% para comerciales ligeros ( 5,6% en España ), la patronal ha avisado que los objetivos de reducción de CO2 para 2030 y 2035 para vehículos ligeros no son alcanzables, ya que se necesita un enfoque pragmático, flexible y tecnológicamente neutral para acelerar la transformación y proteger las inversiones y empleos en la Unión Europea.

Además, la patronal critica que el documento hispanofrancés, en el que Francia y España han solicitado a Bruselas mantener el calendario europeo que prevé el fin de la venta de coches con motor de combustión en 2035, reconoce que el sector del automóvil se enfrenta a un crecimiento más lento de lo esperado en las ventas de vehículos eléctricos y reconoce la necesidad de flexibilizar. Sin embargo, se abstiene de aplicar la neutralidad tecnológica total más allá de 2035.

Anfac comparte la necesidad de una cadena de valor de la automoción competitiva y sostenible en España y Europa. La sugerencia de vincular estrictamente la flexibilidad a los esfuerzos de producción en Europa debe tener también en cuenta la complejidad de las cadenas de suministro, el tiempo necesario para aumentar la fabricación de baterías en la UE y la propia necesidad de ofrecer ya vehículos asequibles a los ciudadanos europeos.

La demanda no sigue el ritmo

Los fabricantes de automóviles siguen plenamente comprometidos con el objetivo de neutralidad climática para 2050 y la descarbonización de la movilidad. Han realizado importantes inversiones en electrificación como vía principal para descarbonizar el transporte.

Sin embargo, la realidad sobre el terreno está resultando mucho más compleja: el ecosistema de apoyo (infraestructuras, incentivos, desarrollo de la cadena de valor de las baterías) y la demanda de los consumidores no pueden seguir el ritmo marcado por el objetivo de cero emisiones en el tubo de escape impuesto por la Comisión Europea (CE) , a pesar de que la gama de vehículos electrificados (BEV y PHEV) disponibles y más asequibles no deja de crecer.