Los zoólogos hacen grandes esfuerzos por conservar especies endémicas , pero la comunidad científica internacional está de luto tras confirmarse definitivamente la extinción de la musaraña de la Isla de Navidad ( Crocidura trichura ), el último representante de su linaje en Australia.
El anuncio se hizo oficial el pasado 10 de octubre de 2025, cuando se inscribió su nombre en la Lista Roja de UICN, que certifica que este pequeño mamífero a pasado a la categoría de extinto.
Con este hallazgo se acaba con más de un siglo de incertidumbre sobre su paradero. El estudio ha sido difundido por Connect Science y publicado en Australian Mammalogy . Se une a una lista de 40 especies de mamíferos terrestres desaparecidas en el país desde 1788.
La lenta extinción de la última musaraña australiana
La Crocidura trichura fue descrita a comienzos del siglo XX como una especie abundante en los densos bosques de la isla de Navidad, situada a unos 1.500 kilómetros al noroeste de Australia.
Su pequeño tamaño y hábitos nocturnos la convertían en una pieza esencial del ecosistema , alimentándose de insectos y ayudando a mantener el equilibrio ecológico. Sin embargo, desde su descubrimiento no paró de sufrir una desaparición progresiva y silenciosa.
De hecho, desde el año 1900 sólo existen cuatro registros confirmados, con capturas documentadas en 1958, 1984 y 1985 . Desde entonces, ninguna expedición ni estudio acústico, trampa o búsqueda dirigida ha logrado encontrar un solo ejemplar.
El nuevo análisis científico, que combina datos históricos y técnicas modernas de detección, ha calculado una probabilidad del 96,3% de que la especie de musaraña haya desaparecido por completo .
Causas de la desaparición de la musaraña de la Isla de Navidad en Australia
Por desgracia, la desaparición de esta musaraña no es un hecho aislado, sino parte de una serie de colapsos ecológicos en la Isla de Navidad durante el siglo XX.
La llegada de ratas negras ( Rattus rattus) en torno al 1900 introdujo parásitos como el tripanosoma, un protozoo sanguíneo que, según evidencias moleculares, eliminó en apenas una década a dos especies de ratas endémicas.
La Crocidura trichura habría sufrido el mismo destino. Además, tuvo otros cazadores. Por ejemplo, sufrió el impacto de gatos asilvestrados, serpientes invasoras como el lobo asiático ( Lycodon capucinus ) y hormigas, que alteraron drásticamente la red alimentaria.
La acción humana también tuvo su parte de culpa. Hay que sumar las transformaciones provocadas por la minería, los asentamientos humanos y la degradación del bosque , que redujeron aún más el hábitat disponible.
El aviso de los zoólogos: la biodiversidad australiana está en peligro
La extinción de la musaraña australiana ofrece tres lecciones clave. En primer lugar, la vigilancia de enfermedades debe integrarse en la bioseguridad de las islas, antes de que los brotes se vuelvan incontrolables.
En segundo lugar, las respuestas rápidas y transparentes pueden marcar la diferencia entre la supervivencia y la pérdida definitiva de una especie.
Y, por último, las estrategias de conservación deben adaptarse al comportamiento y tamaño de las poblaciones objetivo , usando herramientas modernas como el ADN ambiental o la detección acústica.
Australia no para de perder especies con el paso de los años y debe servirnos como aviso. De hecho, en España estuvimos al borde de vivir la extinción de uno de nuestros animales más emblemáticos: el lince ibérico .

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