La Conferencia Anual de Ejecutivos (CADE) se perfila como el punto de partida del camino electoral hacia 2026. En la agenda abundan temas de productividad, inversión y estabilidad; lo escaso es el diálogo profundo de los invitados con aspiraciones reales. La ausencia o el silencio de figuras como Keiko Fujimori, César Acuña y Carlos Álvarez revela una clase política que parece desaprovechar una plataforma para exponer visiones y rutas de país más allá de las frases cómodas.

En el tablero regional , América Latina muestra un giro de humor social: menos paciencia con estatismos ineficientes y mayor demanda por disciplina fiscal y competencia, pero con sensibilidad social. Y en medio de esa recomposición ideológica regional, el Perú llega a su propio examen político.

En ese marco, as

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