En esta época del año, cuando bajan las temperaturas y se produce el cambio de hora, apetece más que nunca pasar las tardes de otoño en casa. Es el momento perfecto para dedicar tiempo a la cocina y p con recetas que, a priori, pueden parecer más elaboradas, pero que no tienen por qué. Este es el caso de la tarta de zanahoria, conocida en el mundo anglosajón como 'carrot cake', un bocado dulce ideal para acompañar con una taza de café o un chocolate caliente bien espeso.
Este pastel se caracteriza por su textura húmeda y esponjosa, así como por su sabor equilibrado y dulce. No es de extrañar, por tanto, que el 3 de febrero sea el Día Internacional de la Tarta de Zanahoria, una fecha en la que se rinde homenaje a este delicioso postre.
El origen del 'carrot cake' se remonta a la difícil época que vivieron los británicos durante la Segunda Guerra Mundial, un momento de hambruna y escasez generalizada. El gobierno se vio en la tesitura de imponer un racionamiento de alimentos debido al bloqueo establecido por las potencias del eje Berlín-Roma. En este contexto escaseaban numerosos productos, entre ellos el azúcar, lo que llevó a buscar y recrear platos nuevos.
Debido a la carencia de este producto, se buscó una alternativa en la remolacha y la zanahoria por su poder endulzante. No obstante, esta creación no era completamente novedosa, ya que desde la Edad Media existían elaboraciones similares, como púdines que utilizaban la zanahoria, la calabaza y la remolacha por este sabor. Con el tiempo, esta receta evolucionó, cruzó fronteras y se perfeccionó.
La zanahoria es el ingrediente protagonista de este postre, tiene un alto valor nutricional como es la vitamina A y los carotenoides que contribuyen al mantenimiento de la visión, de la piel y las mucosas en condiciones normales además de ser una propiedad antioxidante y antiinflamatoria, según la Fundación Española de la Nutrición (FEN).
A la hora de comprar este producto en el supermercado o en el mercado más cercano, es importante detenerse unos instantes y observar con atención su aspecto exterior. La calidad de la zanahoria, al igual que la de cualquier otro vegetal, se aprecia a simple vista. En primer lugar, conviene comprobar que su piel sea firme y lisa, sin arrugas ni grietas, y que tenga un color anaranjado intenso y brillante. Asimismo, es fundamental evitar aquellas piezas que tengan zonas blandas o con manchas oscuras. Además, otro truco es observar las hojas, ya que deben ser de un verde intenso y sin manchitas.
La receta de la 'carrot cake'

De esta receta no existe una única versión, sin embargo, todas suelen llevar huevos, azúcar, aceite vegetal, teniendo a la zanahoria como protagonista, acompañadas de especias como la canela, el jengibre y la nuez moscada. Dependiendo de la versión en la que te inspires puedes añadir otros ingredientes como frutos secos, coco, pasas o frutas de temporada.
Para elaborar esta receta se necesita aproximadamente una hora y cuarto y para obtener 16 raciones se necesitan los siguientes ingredientes:
- Cuatro huevos
- Una taza y media, alrededor de 300 gramos de azúcar moreno
- Una taza y cuarto alrededor de 300 ml de aceite de oliva
- Una cucharadita alrededor de tres gramos de canela en polvo
- Una pizca de sal
- Un puñado de zanahorias alrededor de 250 gramos
- Dos tazas alrededor de 300 gramos de harina de trigo
- Dos cucharaditas alrededor de seis gramos de levadura química
- Una cucharadita alrededor de tres gramos de bicarbonato sódico
- Media cucharadita de jengibre en polvo
- Nueve cucharadas alrededor de 150 gramos de nueces pecanas
Para la capa de queso que recubre el postre necesitaremos:
- Una taza y media alrededor 250 gramos de queso crema
- Una taza alrededor de 150 gramos de mantequilla
- Una cucharadita de esencia de vainilla
- Una pizca de azúcar glas
Para decorarlo necesitaremos:
- Media docena de nueces pecanas enteras
- 60 gramos de nueces pecanas picadas
- Una zanahoria cortada en tiras
Con todos los ingredientes preparados nos ponemos manos a la obra. En primer lugar, precalentamos el horno a 180 grados. A continuación, en un bol batimos los cuatro huevos y le añadimos los 300 gramos de azúcar moreno y mezclamos. Asimismo, vertemos el aceite de oliva poco a poco para que se integren correctamente con todos los ingredientes.
Por otro lado, en un segundo recipiente, combinamos los ingredientes secos, agregamos la harina, la levadura química, el bicarbonato sódico, el jengibre en polvo, la canela y la sal. Es recomendable tamizarlos y mezclarlos con calma para evitar grumos y lograr una textura fina. Una vez integrados, incorporamos poco a poco esta mezcla seca al bol con los ingredientes húmedos, removiendo hasta obtener una masa homogénea y sin grumos.
A continuación, añadimos las zanahorias, previamente peladas y trituradas, y las nueces pecanas picadas. Luego, preparamos un molde redondo apto para el horno y lo forramos con papel vegetal, vertemos en él la masa, procurando que quede nivelada para que el bizcocho se hornee de forma pareja. Introducimos el molde en el horno alrededor de una hora para comprobar si está en su punto; basta con introducir un tenedor o un palillo en el centro: si sale limpio, el bizcocho está listo. Una vez horneada la dejamos reposar diez minutos antes de desmoldarla con cuidado y dejarla enfriar en un plato.
Mientras tanto, elaboramos el frosting de queso. En un cuenco batimos los siguientes ingredientes hasta obtener una masa esponjosa: el queso crema, con la mantequilla, el azúcar glas y la esencia de vainilla. Para el montaje final, cortamos el bizcocho de manera horizontal por la mitad y extendemos una generosa capa de frosting de queso en el interior. Colocamos encima la segunda capa y cubrimos toda la superficie con el resto del glaseado. Finalmente, decoramos con las nueces pecanas enteras, las picadas repartidas por el borde y la zanahoria cortada en finas tiras.

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