Legisladores de diversas bancadas han manifestado su rechazo hacia la congresista Lucinda Vásquez tras la difusión de un reportaje que la muestra recibiendo asistencia de sus asesores en tareas personales, como cortarse las uñas y preparar su desayuno. El parlamentario Jorge Montoya, del partido Honor y Democracia, calificó estos actos de "indignantes y vergonzosos", afirmando que representan "una afrenta al Congreso y una burla al pueblo peruano".

Montoya utilizó su cuenta en la red social X para expresar: "¡Basta ya de tratar el Congreso como si fuera una hacienda personal! Quien no entiende el honor de representar a la Nación no merece ocupar un solo día más una curul". Además, subrayó que "estos abusos repugnan" y deben ser sancionados "sin excusas ni protecciones políticas".

La congresista Flor Pablo, quien no pertenece a ninguna agrupación, también se pronunció al respecto, señalando que las imágenes son "lo más denigrante y ofensivo que hemos visto de esta clase política". Recordó que Vásquez ya había sido denunciada anteriormente por "mochasueldos" y por contratar a familiares, sin que se le impusiera ninguna sanción. Pablo exigió a la Comisión de Ética que actúe de oficio y con rapidez en este caso.

Alfredo Azurín, del partido Somos Perú, expresó su "vergüenza ajena" por lo sucedido y consideró que tanto la congresista como el asesor involucrado deben asumir la responsabilidad. "A mí me apena lo que ha pasado, creo que eso merece una sanción y no solamente la congresista, creo que también el asesor por permitir que pase eso", declaró a Canal N.

Por su parte, Carlos Anderson, también de los no agrupados, hizo hincapié en que quienes "humillan" a sus trabajadores suelen ser de izquierda. "Una extraña comprobación a raíz de la denuncia en contra de la congresista Lucinda Vásquez es que los 'mochasueldos' pueden ser de izquierda, derecha o centro, pero los que además humillan tratando a sus asesores de choferes, podólogos y demás, son siempre de izquierda", afirmó en X.

La situación ha generado un amplio debate en el Congreso, donde se exige una respuesta contundente ante lo que muchos consideran un abuso de poder por parte de la legisladora.