28 de octubre de 2025 - 00:50

El doble femicidio cometido por Pablo Laurta volvió a exponer, crudamente, los límites del sistema judicial para proteger a las víctimas de violencia de género. Laurta, que ya tenía antecedentes de ser un hombre violento, asesinó a su expareja y a la madre de ella, a pesar de que el Poder Judicial había dispuesto una serie de medidas preventivas, como una orden de restricción de acercamiento, un botón antipánico y diversas actuaciones en el marco de la causa. Ninguna de ellas fue suficiente.

El caso no fue un hecho aislado ni una fatalidad imprevisible. Hubo señales y advertencias. Laurta había ingresado al país con armas, cargadores y municiones. Violó la restricción de acercamiento y fue detenido, pero más tarde recuperó su libertad. La pericia psicológica

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