En interiores, el error común no es la falta de abono, sino el exceso. La lengua de suegra almacena reservas en sus hojas y raíces; si recibe sales de más, se quema en puntas y se ablanda en la base .
Por eso conviene usar fórmulas caseras , con proporciones claras. Menos es más, especialmente en macetas con drenaje moderado, como explica un artículo de Royal Horticultural Society .
Un buen abono no tiene por qué ser complejo. Bastan extractos sencillos -infusiones de compost o de cáscara de banana, y un poco de calcio de cáscara de huevo- aplicados de manera espaciada. La intención es complementar, no “forzar” crecimiento. Antes de fertilizar, siempre revisar luz, riego y sustrato: el abono no corrige fallas de base .
También cuenta la higiene. En cocina y plantas, recipiente

Clarín

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