Es un fenómeno sistémico, fruto de una evolución táctica que nadie vio venir hasta que los puntos empezaron a llover como granizo en un cielo despejado.

El jueves pasado, Aaron Gordon anotó 50 en Denver. El viernes, Shai Gilgeous-Alexander respondió con 55 en Oklahoma City. El domingo, Austin Reaves firmó 51 en Los Ángeles. Y el lunes, Lauri Markkanen le puso el sello de oro: “51 puntos. ¿Qué más se puede decir?” , murmuró su propio entrenador, como si ya no hubiera palabras para lo que estaba viendo. Cuatro partidos. Cuatro juegos de 50. Nunca antes en 77 años de historia.

Lo que hace más inquietante esta ola ofensiva es su contexto. LeBron James aún no juega. Luka Dončić se perdió dos partidos por molestias. Y Reaves, el jugador que más ha cargado con el peso del equipo

See Full Page