Nadie esperaba que el juego se volviera un pulso de nervios, ni que el verdadero héroe no fuera el All-Star ni el MVP en espera, sino un rookie de 20 años con apenas 18 minutos en la cancha.
“No lo vi venir” , confesó un asistente técnico de Filadelfia tras el partido. Y no era exageración. Mientras Joel Embiid observaba desde el banquillo, con su minuto contado como si fuera un recurso de precisión quirúrgica, fue Adem Bona quien transformó el miedo en furia. Cuatro bloqueos en el cuarto periodo. Uno más en el tiempo extra. Cada uno, un clavo en el ataúd de la ventaja de Washington.
El marcador decía 126-126 cuando Khris Middleton falló su último intento. El tiempo extra empezó como una pesadilla: 5-0 para los visitantes. Pero entonces, como si algo en el aire cambiara, los 76

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