El asesinato de hasta 16 personas, ocho parejas, entre 1968 y 1986, conmocionó a Italia con una ola de crímenes en los alrededores de Florencia , en la región de la Toscana , cometidos de una misma manera y que se atribuyeron a un perfil llamado ‘Monstruo de Florencia’, cuya identidad no está confirmada a pesar de haberse detenido e interrogado a varias personas.

Estos hechos reales son los que han inspirado la última ficción del género llamado ‘true crime’, una miniserie italiana que consta de cuatro episodios, dirigida por Stefano Sollima , y que se ha estrenado este 22 de octubre a nivel mundial en la plataforma Netflix , donde ya se ha convertido entre lo más visto.

Quién fue el Monstruo de Florencia

El asesinato de ocho parejas en la Toscana con un mismo método entre 1968 y 1985 conmocionó a toda Italia, cometidos por un asesino en serie, cuyo perfil se conoció como el ‘monstruo de Florencia’ al tener lugar en las proximidades de la capital de la Toscana, y cuya identidad sigue siendo un misterio.

Si bien se interrogó a varias personas y hubo detenidos, su identidad no se llegó a confirmar, aunque se atribuyó a Pietro Pacciani, un agricultor de la zona que tenía antecedentes de violencia doméstica, asesinato y agresión sexual, y que fue detenido en 1994 acusado de siete de los ocho asesinatos.

Sin embargo, su condena fue revocada por falta de pruebas y su fallecimiento impidió un segundo juicio que había para evaluar el caso, por el que también se detuvo a Mario Vanni y Giancarlo Lotti , acusados de cómplices de Pacciani , y que también murieron, después de ser liberados al deteriorarse su salud.

El mismo método y unas víctimas concretas

Los asesinatos se entendieron ser una serie al tener todo un método claro, durante la noche, en zonas alejadas, siempre a parejas, y en las que se usó un mismo tipo de pistola y un cuchillo que luego utilizaba para mutilar algunas zonas de los asesinados.

Las víctimas del llamado ‘monstruo de Florencia’ fueron todo parejas que se reunían en los coches para dar rienda a su amor, en lo que se conocía en Italia entonces como ‘camporella’ y que provocó una oleada de reuniones grupales, con coches que se tapaban con periódicos, para evitar ser asesinados, así como más familias que permitían que sus hijos se vieran en casa y dejaran fuera el conservadurismo.

El primero de los asesinatos ocurrió en agosto de 1968, fue el de Barbara Locci y Antonio Lo Bianco , ambos amantes y que fueron matados con el hijo pequeño de ella durmiendo en la parte trasera del vehículo, que más tarde fue a avisar a una casa cercana de lo ocurrido. Si bien se pensó que este fue obra del marido de Locci, Stefano Mele, más tarde se añadió a la oleada de crímenes, siendo el inicio del caso.

Y es que se tardó varias muertes hasta que los asesinatos fueron reunidos y vistos como un serial, es por ello por lo que este se vio primero como un caso aislado, que luego conectó con otros parecidos, hasta que se produjo el último de ellos, en 1985, de Jean-Michel Kraveichvili y Nadine Mauriot.