La CGT está atrapada en un laberinto de difícil salida. Venía trabajando dentro del Consejo de Mayo en una “modernización laboral” consensuada con el Gobierno, los empresarios, los gobernadores y los legisladores, pero el demoledor apoyo que recibió Javier Milei en las elecciones hizo que el sector duro del oficialismo, envalentonado con la victoria, reflotara las propuestas más extremas contra el poder sindical.

La dirigencia cegetista visualiza en estas horas dos posturas encontradas dentro del Gobierno , con un ala negociadora dispuesta a buscar acuerdos para la nueva reforma laboral y otra fracción, radicalizada, que está dispuesta a avanzar con cambios que ya intentaron hacer con el DNU 70 y que pondrán en jaque al sindicalismo.

En el sector negociador del Gobierno están el je

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