Una investigación de EL PAÍS, SIRAJ y The New Arab revela las rutas por las que los desechos de metal llegan desde Siria, Libia o la Ucrania ocupada a las acerías turcas, donde la ferralla es transformada en acero que luego se comercializa en Europa. Las restricciones de China, Rusia y la UE llevan a buscar fuentes alternativas

Ahmad tiene 11 años y ha perdido su sierra de arco; mejor dicho, se la robó un hombre al que reconoce como un antiguo soldado del régimen sirio de Bachar el Asad —derrocado el pasado diciembre— y que ahora se pasea entre las ruinas de la periferia de Damasco vestido de civil y armado con una pistola. Sin la sierra, el botín de chatarra es hoy bastante escaso. Ahmad y su amigo Basel, dos años mayor, usaban la hoja de finos dientes para debilitar las varillas de ac

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