El sonido del hilo atravesando la tela es casi un susurro. En cada puntada hay una historia, un gesto de amor y resistencia que se repite desde hace generaciones en Cartago, un rincón del Valle del Cauca donde las manos de las mujeres parecen bordar la memoria del país. Entre agujas, calados y tejidos, el tiempo se detiene para rendir homenaje a un arte que no solo viste cuerpos, sino también sueños.
Entre el murmullo del taller y el brillo de los hilos de colores, nació la Asociación de Mujeres Bordadoras de Cartago, un colectivo que convirtió la herencia de las abuelas en una fuente de vida, dignidad y orgullo. La maestra Mercedes López, una de sus fundadoras, ha dedicado décadas a enseñar el arte de las puntadas tradicionales. Para López bordar es un acto de felicidad y plenitud: una f

Semana

The List
Raw Story
AlterNet
America News
6abc Action News Sports
The Federick News-Post
Nicki Swift