La noticia de que más de 200 personas –entre ellas, 40 menores– serán desalojadas de las diversas posesiones que hay repartidos por los terrenos de Son Bordoy , junto a El Molinar, en Palma, ha motivado a algunas de las familias a acudir este jueves al pleno de Cort para exigir al alcalde Jaime Martínez una solución digna. «No queremos quedarnos en la calle; no somos perros», afirma Raúl Suárez, que lleva 28 años viviendo en una de las antiguas posesiones que hay en la zona.

« Mi padre firmó un documento de cesión con el entonces alcalde Joan Fageda y desde entonces hemos criado aquí a nuestras familias », señala, y recuerda que residen en un edificio de propiedad municipal que dispone de agua y electricidad. Ahora temen estar en un limbo que pueda obligarles a ser desalojados.

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