Son las 10.30 del miércoles en el Hospital de Alta Complejidad Néstor Kirchner, en Florencio Varela. En la sala de espera hay barullo y miradas que esquivan las palabras. Una persona con handy llama a los familiares de distintos pacientes, mientras dos madres se acercan al mostrador y preguntan por Benicio Farji . Sus hijos esperan poder darle el último saludo; ellas, acompañar a los padres del nene. Consultadas por Clarín , prefieren no dar sus nombres. “Por respeto a la familia”, dicen.

Benicio tenía 8 años. Hasta el martes a la noche corría, reía y jugaba en el Club Argentino de Quilmes , donde entrenaba básquet y hace un año atrás festejaban haber salido campeones. Era un nene lleno de energía, querido por todos. Pero esa noche ocurrió lo impensado: uno de los arcos se desplom

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