La estrategia de no dar un respiro al presidente durante el interrogatorio en la Comisión de investigación del ‘caso Koldo’ se convirtió en su mejor salvavidas: como no le dejaron contestar a nada, tampoco le dejaron caer en errores o contradicciones reseñables
Sánchez salva el interrogatorio en el Senado pero cree que el PP recrudecerá la ofensiva tras su fiasco
Es la falta de espacio físico lo que hace imposible que alguien pueda tropezar y caerse en hora punta en el interior de un vagón de metro y eso es algo parecido a lo que le ocurrió este jueves a Pedro Sánchez en el Senado. La estrategia del PP de no dar un respiro al presidente durante el interrogatorio en la Comisión de investigación del ‘caso Koldo’ llegó a alcanzar tales cotas de caos que las sistemáticas interrupciones a las respuestas del líder socialista se convirtieron en su mejor salvavidas: como no le dejaron contestar a nada, tampoco le dejaron equivocarse.
Si el presidente titubeaba un instante tras ser cuestionado por la situación de su hermano, ahí estaba el senador del PP para salir al paso e introducir la siguiente pregunta. O meterle prisa. O preguntarle si estaba a favor o en contra de Nicolás Maduro. Algo que repitió con otros momentos delicados para Sánchez como las supuestas advertencias recibidas desde su propio partido sobre el comportamiento de José Luis Ábalos o las relaciones de su pareja con la empresa Globalia y Air Europa.
“¿Medió su mujer en el rescate de Air Europa, sí o no?”, le preguntó Alejo Miranda al presidente. Y antes siquiera de que pudiera aceptar su examen tipo test, volvió a repetírselo. “¿Medió su mujer en el rescate de Air Europa, sí o no?”, insistió, espídico. “Señoría, por supuesto que no…”, le respondió Sánchez, que antes de que pudiera argumentar su respuesta en base a las resoluciones judiciales que ya descartaron irregularidad alguna en ese rescate volvió a ser interrumpido para ser cuestionado exactamente por lo mismo. “¿Medió su mujer en el rescate de Air Europa, sí o no? ¡Responda sí o no!”. “Pero si ya le he dicho que no, señoría…” se defendió el presidente con sonrisa burlona.
La escena se tornó tan hilarante que hasta el propio presidente de la Comisión, alineado desde primera hora con la estrategia de su partido (PP), tuvo que reprender a su compañero de filas ante el evidente descarrilamiento del interrogatorio y tras el ruego de Sánchez de que le dejaran al menos responder a las preguntas.
“Señor Miranda”, interpeló el presidente al senador popular. Y no hizo falta que siguiera con la riña porque el señor Miranda pidió tiempo muerto y rebobinar. “Retiro todas las preguntas anteriores”, suplicó ante el riesgo cierto de que Sánchez intentara contestarlas y en mitad de la algazara de la concurrencia.
Admitieron en privado después de la Comisión varios senadores del PSOE que, para sorpresa de muchos, algunos de los momentos más incómodos del interrogatorio habían tenido lugar no de la mano del PP ni de Vox, sino como consecuencia de preguntas realizadas por grupos que son socios del Ejecutivo. “Han hecho preguntas incómodas porque han ido al fondo del asunto, que es el que es y es muy delicado para nosotros. Y no han sobreactuado y han dejado al presidente explicarse sobre temas que, en muchos casos, no son fáciles de explicar”, analizan en las filas socialistas sobre las interpelaciones de Más Madrid o EH Bildu a cuenta del consumo de la prostitución, el papel de Leire Díez o la confianza sin límites depositada en personas como José Luis Ábalos o Santos Cerdán. Y ahí apareció el rictus más serio de un Pedro Sánchez que no aportó novedades significativas en sus explicaciones.
Las carcajadas más sonoras se le escaparon, de hecho, durante la intervención del senador popular, en teoría diseñada para hacer pasar un mal rato al presidente. Ocurrió cuando le preguntó si en el famoso viaje de Delcy Rodríguez a España se llegaron a descargar sus maletas. “¿Pero qué me está contando, señoría?”, dijo entre risas. Las mismas que usó como respuesta al tirabuzón final del PP con la oferta de un careo con el empresario Víctor Aldama.
Al terminar la sesión, y preguntado por la prensa por su valoración de la comparecencia, Alejo Miranda respondió, triunfal: “Hemos visto a un presidente arrinconado de verdad”. Y un compañero de filas le echó entonces un brazo por encima, escaleras abajo y en dirección a la salida.

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