Antes y después de la Guerra Fría la idea de un probable ataque contra territorio estadounidense ha sido un motivo constante en el imaginario de Hollywood. Ahora, ¿qué ocurriría si el origen de esa amenaza fuera completamente desconocido? ¿Y qué ocurriría si esa agresión extranjera se desencadenará en el panorama geopolítico actual, en que una decena de países posee arsenal nuclear?

La respuesta está contenida en Una casa de dinamita, película que impactó a los asistentes a la 82° edición del Festival de Venecia y que acaba de debutar en Netflix. Dirigida por Kathryn Bigelow y escrita por Noah Oppenheim, describe un escenario de máxima tensión: un día cualquiera, sin mayores indicios, los sensores de Estados Unidos detectan que un misil ha sido lanzado desde una ubicación no determinada e

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