Pedro Sánchez fue incapaz ayer de , sobre su partido y sobre sus vínculos con la supuesta red corrupta que conforman Santos Cerdán, José Luis Ábalos y Koldo García. El presidente del Gobierno se sentó en el Senado para comparecer ante la comisión de investigación de la trama que campó a sus anchas en el Ministerio de Transportes mientras el exministro Ábalos ocupó la cartera.

Fueron alrededor de cinco horas de un bronco interrogatorio , pero que abrió varias grietas por las que se colaron las sospechas. Sánchez dedicó buena parte de su tiempo a lanzar evasivas. Se puede decir que ejecutó con soltura un ejercicio de escapismo a base de coletillas como "no me consta", "no lo sé", "no tengo constancia", "no recuerdo" o "no sabría decirle".

Esa fue toda la defensa del líder del PSOE

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