Cada parte aprovechará el intervalo hasta el encuentro de abril para minimizar la influencia de la otra

El último pacto provisional entre China y EE UU pone de relieve lo difíciles que se han vuelto las cuestiones fundamentales para esta relación bilateral. Donald Trump y Xi Jinping adoptaron un tono positivo ayer, al dar marcha atrás en materia de controles a la exportación y otros temas. Esto debería de ayudar a frenar una mayor escalada. Pero esta estrategia de posponer las decisiones no contribuye en nada a resolver las hostilidades comerciales entre las dos.

Tras más de un mes de escalada de represalias , las expectativas ya eran bajas de cara a la reunión en Corea del Sur. Según las primeras lecturas del acuerdo, Washington redujo a la mitad los aranceles relacionados con el fenta

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