En el año 2006, Vladimir Kramnik se enfrentó a Veselin Topalov por el trono mundial de ajedrez. Un match en el que se unificaba el título tras más de una década de disputas entre Gary Kasparov, derrotado años antes por Kramnik, y la FIDE. Aquel duelo alcanzó una expectación mundial porque el búlgaro acusó al ruso de hacer demasiadas visitas al baño, sembrando la sospecha de que hacía trampas. El encuentro pasó a llamarse irónicamente el Watergate del ajedrez y Kramnik, hombre orgulloso y tenaz, protestó no presentándose a una partida, que se le dio por perdida. El mundo del ajedrez arropó al ruso con numerosas muestras de afecto. Desde Anatoly Karpov hasta Víktor Korchnói, pasando por Boris Gelfand, Nigel Short, Boris Spasski, Peter Svidler e incluso un jovencísimo Magnus Carlsen, que

See Full Page